El paisaje
Un sobrecogedor y variado paisaje que ofrece lo mejor de la naturaleza y no deja indiferente a nadie.
Las montañas de Guara
Al Norte la impresionante Sierra de Guara recorrida por los ríos Flumen, Guatizalema, Vero, Mascún y Alcanadre. Su estructura geológica e hidrológica y la erosión a lo largo de los siglos ha tallado estrechos y profundos barrancos recorridos por los ríos formando cascadas y sifones así como paredes verticales, cuevas, valles y mallos de conglomerado como Vadiello y el Salto de Roldán.

Bosques espectaculares

En la vertiente norte encontramos extensas masas de robles quejigos, bosques de hayas, abetos y pinos negros y en la vertiente sur tenemos grandes carrascales, el pino laricio, el boj, la coscoja o la sabina, siendo el matorral una de las formaciones vegetales más importantes en todo el parque. En las zonas más elevadas es posible encontrar incluso la flor de nieve o Edelweiss introducida, al parecer, por unos montañeros franceses.

Piedemonte. Olivos centenarios
En el piedemonte o somontano propiamente dicho, el paisaje está salpicado de carrascales y de plantas aromáticas como el tomillo, el romero y la lavanda mezclados con los cultivos de vides, almendros y olivos, en su mayoría centenarios.

Viñedos y almendros
Desde siempre se ha desarrollado una agricultura en la que predominaban los olivos y los viñedos. Durante el siglo pasado se dedicaron las mejores tierras al cereal y el almendro sustituyendo a las encinas y olivos aunque progresivamente se está dedicando más terreno al cultivo de la vid que, si bien se ha desarrollado desde el siglo II a.C. con excelentes vinos, ha despegado durante el siglo XX, favorecida por el nacimiento de la Denominación de Origen "Somontano" en el año 1984.


Árboles milenarios
En el Somontano, además, es posible pasear por los bosques mediterráneos, como el Carrascal de Lizana en Barbuñales o contemplar árboles monumentales como los Quejigos de Otín, la Olivera de Nadal en Colungo o la Carrasca milenaria de Lecina
