Entorno
De origen romano, Radiquero, Rad Icarium o lugar rico en raíces, fue una de las pequeñas villas que conformaron la región del Somontano.
El paisaje salpicado de carrascales y de las plantas aromáticas como el tomillo, el romero y a lavanda mezclados con los cultivos de vides, almendros y olivos, en su mayoría centenarios caracterizan el paisaje típico de las poblaciones ubicadas en la Sierra de Guara y especialmente de Radiquero.
Declarada la zona como Z.E.P.A. (zona de especial protección para las aves)una, destacan las aves rupícolas como el Quebrantahuesos, Águila-azor perdicera, Águila real, Buitre leonado, Búho real, Alimoche, Treparriscos, Bisbita alpino.
En este entorno excepcional no es de extrañar que se desarrollara desde el siglo II a.C. el cultivo de la vid y la elaboración de excelentes vinos cuyo despegue se produjo en los inicios del siglo XX, favorecida por el nacimiento de la Denominación de Origen "Somontano" en el año 1984.
En el Parque Cultural del río Vero, declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad en 1998, hallaremos las construcciones artísticas más antiguas de Aragón: Yacimientos arqueológicos y más de 60 abrigos con pinturas rupestres articuladas siguiendo el curso del río Vero.
En un barrancos de la Sierra de Guara, excavado por el río Vero, se alza el casillo colegiata de Santa María la Mayor, y a sus pies la villa medieval de la villa de Alquézar declarada Conjunto Histórico Artístico.
Arriba la Colegiata románica, antigua fortaleza musulmana. Abajo el caserío se agrupa en forma de media luna para simbolizar el origen árabe de la población. Debe su nombre al castillo o Al-Qasr construido para defender el acceso a la capital de la Barbitanya (Barbastro).
Además de practicar el descenso de barrancos pueden realizarse rutas senderistas. Es posible descubrir fuentes, azudes, molinos y puentes. Desde Alquézar también se pueden visitar las pinturas rupestres de Quizans y Chimiachas.
En el Somontano es posible pasear por los bosques mediterráneos, como el Carrascal de Lizana en Barbuñales deleitarse con los árboles monumentales tales como los Quejigos de Otín, la Olivera de Nadal en Colungo, las Carrasca de Lecina o la de Adahuesca.