Las fiestas en los pueblos de Guara
- T. Delàs
- 15 ago
- 4 Min. de lectura
Actualizado: hace 5 días
Agosto 2025
Reencuentro
Las fiestas en los pueblos de Guara-Somontano tienen sabor a reencuentro y pertenencia.
Son el evento importante del verano y, además de los residentes habituales, aglutinan a muchas personas y a sus hijos y a los hijos de sus hijos, que en su momento emigraron principalmente para poder ganarse la vida, que vuelven para las fiestas, tengan casa aquí o no.

Constatan el amor que las gentes de Guara sienten por su tierra y el volver a estar, al menos unos días al año, con los viejos amigos, los primos que viven lejos, los amigos de siempre, compañeros de los juegos de niños, de las correrías de adolescentes, de las diversiones de jóvenes, e incluso, en algunas ocasiones, del primer amor.

En nuestra zona las fiestas se escalonan para que no coincidan las de distintos pueblos: Bierge, Alberuela, Alquezar, Huerta de Vero, Abiego, Radiquero, Adahuesca y Buera.
Las fiestas en el siglo XX
Lejos quedaron los años en que las fiestas eran el gran evento, por no decir el .único del año. Durante la segunda mitad del siglo pasado cuando no había tantas posibilidades de ocio nocturno ni era tan fácil el transporte, los jóvenes y no tan jóvenes no se perdían un pregón ni una ronda y pasaban la mayor parte de las noches de agosto bailando en uno u otro pueblo con apenas tiempo para recuperar fuerzas entre una fiesta y la siguiente.

Especial mención merece la Orquesta COLUMBIA de Estadilla que durante cerca de 30 años estuvieron amenizando las Fiestas de Radiquero.
En los 80-90 en Radiquero los coches aparcados en la carretera iban desde el puente de la fuente hasta el cruce de la variante y dicen que solo con los beneficios de la barra se pagaban los costes de la orquesta.
Organización
Las fiestas se pagan con una cuota por cada casa y por cada joven, además de la subvención del ayuntamiento y los ingresos por los anuncios del programa de fiestas´ y, por supuesto, los beneficios de la barra. Cada año se venden además camisetas de la fiesta. También se cobra un tanto por participar en los distintos campeonatos.

Hay, normalmente, la rifa de una cesta, algunas veces muy copiosa y en distintos actos se pasa la ‘servilla’ que es una bolsa en la que cada persona o cada casa donan la aportación que le parece conveniente.
En los últimos años se está eliminando la cuota de las casas y los jóvenes para desesperación de los miembros de la comisión que han de buscar otros ingresos.

Hay una comisión de fiestas que se encarga de la organización, normalmente integrada por los jóvenes del pueblo residentes o no. Es un trabajo voluntario y arduo ya que no solo se tienen que ocupar antes de las fiestas de programar los actos y contratar los servicios necesarios sino que tienen que conseguir los anunciantes, las ‘donaciones’ para la cesta o los premios de los concursos, diseñar y vender las camisetas, adjudicar o gestionar directamente la barra y durante las fiestas controlar la correcta ejecución de los actos. A veces, injustamente, criticamos la organización de uno u otro evento pero, realmente, nunca les podremos agradecer bastante todo el tiempo y el esfuerzo que dedican para que podamos disfrutar de las fiestas cada año.
Continuidad de las fiestas

En pueblos en los que, lamentablemente, cada vez hay menos jóvenes residentes habituales, ha peligrado el relevo generacional de la comisión de fiestas. Afortunadamente, nuestros jóvenes han respondido para la continuidad, no solo para la comisión de fiestas sino para llevar el Cristo y los pasos y desfilar en las procesiones, tareas que también peligraban. Además se están incorporando paulatinamente adolescentes de menor edad. Tenemos cantera.
Actos principales
Los actos son más o menos los mismos en todos los pueblos del entorno.

El día del Santo o Santa se celebra una misa en su honor, seguida de la procesión con la cortesía de la bandera en los pueblos que se mantiene esta tradición. Por la noche la cena de hermandad que agrupa a toda la gente del pueblo y visitantes, seguida de baile y bingo.
El día de inicio de las fiestas hay el pregón. Los pregoneros, cuya identidad no se conoce hasta que salen al balcón del ayuntamiento, vestidos con el traje tradicional, leen el pregón y luego lo van repitiendo en distintos lugares de las calles del pueblo seguidos del carro de ponche o sangría que han preparado los jóvenes, la charanga y muchísimos participantes, la diversión está garantizada

Uno de los días hay una sesión de vermut, en algunos sitios acompañados de la música vintage de la charanga y en otros después del Homenaje tradicional a los Mayores.
No puede faltar el campeonato de guiñote o mus y, no en todas partes, el de frontón, de tiro al plato o tenis.
Hay eventos especiales para los niños: hinchables, carreras, juegos, …
Ya según los pueblos tenemos concurso de tapas, carreras de camareros, carreras de sacos, concursos de pintura o fotografía, alguna exposición, …

Por supuesto el baile todas las noches, a veces ‘también con sesión de tardeo con música del gusto de los más mayores. Cada vez más, sin embargo, en algunas sesiones se están reemplazando las tradicionales orquestas por DJs, probablemente más acordes con los gustos de los más jóvenes.

Finalmente, la misa baturra en la que una rondalla ejecuta los cánticos de la misa, el reparto de uva y albahaca a la salida de la iglesia y la ronda por todas las casas del pueblo de la que ya hemos hablado en otro post.
Pertenencia y recuerdo
Las fiestas en nuestros pueblos no son un acto puramente lúdico, ni un atractivo turístico a pesar de su encanto tradicional.
Evocan un sentimiento de pertenencia en Guara y de reencuentro con familiares y amigos.
Su celebración y continuidad es imprescindible para mantener vivo el espíritu de nuestros pueblos, el enraizamiento en los mismos y las relaciones de amor y amistad entre sus gentes.
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