Almendreral del cura. Mosen Rafael Ayerbe
- T. Delàs
- 9 may
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 29 jul
Mayo 2025
En Alquezar, cerca de la Colegiata, hay un lugar conocido como el almendreral del cura donde todavía quedan unos viejos almendros. Allí es donde Mosen Rafael Ayerbe realizo sus investigaciones.

Rafael Ayerbe nació en 1872, en Radiquero, cursó estudios eclesiásticos en el Seminario de Huesca y se licenció en Teología en Zaragoza. En 1899 fue nombrado párroco arcipreste de la Colegiata de Santa María de Álquezar donde ya permaneció el resto de su vida.
Pronto observó con preocupación las dificultades con las que se enfrentaban los agricultores locales en sus cultivos de almendros. Hombre solidario y compasivo, decidió dedicar su tiempo libre a su investigación y mejora. Interesado por la agricultura y la botánica empezó a experimentar con distintas especies en un pequeño terreno pedregoso y árido junto a la Colegiata, que pronto fue llamado el almendreral o el huerto del cura
Su principal contribución fue el desarrollo de técnicas de injerto que revolucionaron el cultivo. Su método, conocido como "el injerto Ayerbe", permitía aprovechar los almendros silvestres como portainjertos, mejorando significativamente la adaptación de las nuevas variedades al terreno y alcanzando un resultado sorprendente en cuanto al rendimiento de frutos.
A través de años de paciente experimentación en los campos de Alquézar, logró crear especies más resistentes y productivas. Entre sus logros más destacados se encuentra la selección y mejora de especies locales de almendra, consiguiendo ejemplares que combinaban una excelente calidad del fruto con una mayor resistencia a las heladas, uno de los principales problemas que afectaban a los cultivos de la zona. Sus investigaciones se centraron especialmente en conseguir variedades de floración tardía, lo que reducía significativamente el riesgo de pérdidas por heladas primaverales.

La almendra, conocida como "Desmayo Largueta", representa una de las variedades más emblemáticas y significativas del patrimonio agrícola español. El nombre de largueta deriva de su característica forma alargada y aplanada, que la distingue de otras especies y el de desmayo porque sus ramas y hojas caen hacia abajo creando un aspecto de llorón o desmayado dándole un aspecto único entre otros almendros. Tiene excelentes cualidades organolépticas. El grano presenta un sabor dulce excepcional y una textura suave que la hace particularmente apreciada en la industria de la repostería y el consumo directo. Su contenido en aceite y la calidad de sus proteínas la posicionan como una variedad premium en el mercado. La almendra largueta se ha convertido en una de las variedades tradicionales más importantes en España, particularmente en Aragón, Cataluña y otras regiones del valle del Ebro.

Las mejoras introducidas por Mosén Ayerbe permitieron obtener árboles más resistentes y productivos, manteniendo las características cualitativas que la hacen única, referente en el sector almendrero. La sistematización de las técnicas que desarrolló contribuyó, por otra parte a la expansión del cultivo.
Además de sus contribuciones técnicas, Ayerbe destacó por su labor social y educativa. Compartió generosamente sus conocimientos con los agricultores locales, organizando charlas y demostraciones prácticas. Emprendió una intensa labor de divulgación mediante escritos y conferencias hasta que su conocimiento se extendió por todo Aragón. Formó parte de la Confederación Hidrográfica del Ebro y designado miembro de la Academia de Ciencias de Zaragoza
La difusión de sus conocimientos no se limitó al ámbito local. Agricultores de toda España comenzaron a interesarse por sus métodos y su trabajo trascendió fronteras. Despertó el interés de productores de almendra de otros países, especialmente Italia y Francia y contribuyó de forma significativa al desarrollo del cultivo del almendro en la cuenca mediterránea.
Publicó “El almendro Desmayo. Su cultivo, terreno, multiplicación, injerto, poda recolección, ventajas sobre otra variedades” (Huesca. 1922) y “Cartilla del Cultivo práctico del Almendro Desmayo” (Huesca, 1923)
En 1926 se le impuso la gran Cruz del Merito Agrícola y se puso su nombre a la plaza Mayor de la villa de Alquezar. Falleció en octubre de este año pocos días antes de que la Exposición de Productos del Campo en Zaragoza otorgara la Medalla de Oro al almendro desmayo.
Su legado perdura hasta nuestros días. Sus investigaciones sentaron las bases para posteriores estudios sobre el cultivo del almendro y sus variedades. La importancia de su trabajo fue reconocida tanto por la comunidad científica como por los agricultores.

Mosén Rafael Ayerbe representa un ejemplo excepcional de cómo la dedicación y la investigación práctica pueden transformar un sector productivo. Su trabajo no solo mejoró la vida de los agricultores de nuestra región, sino que contribuyó significativamente al desarrollo del cultivo del almendro a nivel nacional e internacional. Su huella perdura en las técnicas de cultivo actuales y en las variedades mejoradas que siguen siendo referencia en el sector.
La figura de Ayerbe nos recuerda la importancia de la innovación y cómo el conocimiento local, combinado con la experimentación sistemática, puede generar avances significativos en la agricultura. Su labor representa un modelo de compromiso con el desarrollo rural y la mejora de las condiciones de vida de la comunidad.

Muy interesantes tus blogs , gracias