La noche de ánimas
- T. Delàs
- hace 3 días
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Actualizado: hace 1 día
Octubre 2025
Raíces en la tradición celta
La noche de las ánimas tiene raíces fascinantes mezcla de tradiciones paganas y cristianas que se remontan a hace más de 2.000 años.

Todo comenzó con Samhain, una antigua festividad celta que se celebraba la última noche de octubre. Era el comienzo del año nuevo celta y marcaba el final de la cosecha y del verano, la estación luminosa, y el comienzo del invierno, la estación oscura y fría.
Se creía que durante esta noche, el límite o "velo" entre el mundo de los vivos y el de los muertos se volvía más delgado, permitiendo que los espíritus, buenos y malos, lo cruzaran y vagaran por la Tierra.
Para protegerse o apaciguar a esos espíritus, se encendían grandes hogueras, se dejaban ofrendas de comida y la gente se disfrazaba con pieles o máscaras para ahuyentar a los espíritus malignos o para pasar desapercibidos entre ellos. También se preparaban banquetes y ofrendas para honrar a sus ancestros difuntos.
Cristianización del Samhain
Con la expansión del cristianismo, la Iglesia intentó fusionar o reemplazar las festividades paganas con celebraciones cristianas

En el siglo VIII, el Papa Gregorio III designó el 1 de noviembre como el Día de Todos los Santos (All Hallows' Day), para honrar a todos los mártires y santos.
La noche anterior, el 31 de octubre, pasó a ser conocida como la Víspera de Todos los Santos (All Hallows' Eve). Con el tiempo, esta frase se acortó y derivó en la palabra Halloween.
El 2 de noviembre también se estableció como el Día de los Fieles Difuntos, una jornada para recordar y orar por las almas de los difuntos.
De Irlanda a América y al mundo
Halloween llegó a Norteamérica con los inmigrantes irlandeses y escoceses en el siglo XIX, especialmente durante la Gran Hambruna irlandesa de la década de 1840
Allí, Halloween se popularizó y se transformó en una fiesta comunitaria y comercial, centrada en los niños, los disfraces, las decoraciones y el entretenimiento.Durante el siglo XX, la cultura estadounidense exportó Halloween al resto del mundo, convirtiéndolo en una celebración global, aunque con significados distintos según el país.

La noche de ánimas en España, tradición local e influencia global
Las costumbre celtas han encontrado en España un terreno fértil para crecer, adaptarse y entrelazarse con antiguas celebraciones que ya rendían homenaje a los difuntos. De norte a sur, el 1 y 2 de noviembre siguen siendo fechas para honrar a los antepasados, reunirse en familia y mantener vivas las tradiciones.

En todo el país es común visitar los cementerios para llevar flores, especialmente crisantemos, a las tumbas de los seres queridos.
Durante estos días muchos teatros recuperan la representación de Don Juan Tenorio de José Zorrilla, una tradición que se mantiene desde el siglo XIX.
El resultado es un mosaico cultural fascinante, donde lo moderno y lo ancestral conviven cada 31 de octubre y 1 de noviembre.

Galicia – Samaín.
En Galicia, el Samaín ha recuperado fuerza en las últimas décadas. Es la versión gallega del antiguo festival celta de Samhain. Marca el fin del año celta y la apertura del paso entre el mundo de los vivos y el de los muertos.
En la noche del 31 de octubre, es tradicional decorar las casas y las calles con motivos relacionados con la muerte. En muchos pueblos y ciudades se celebran desfiles de disfraces, hogueras, talleres de calabazas y rituales simbólicos. En lugares como Cedeira, Ferrol o A Coruña, el Samaín tiene un ambiente mágico, con gaitas, procesiones de ánimas y leyendas tradicionales.

Castilla-La Mancha – Fiesta de las Ánimas (Toledo y Cuenca)
En muchos pueblos se celebra la Noche de las Ánimas, con representaciones teatrales, procesiones con antorchas y campanadas que suenan por las almas del purgatorio.
Cataluña – La Castañada
Es una tradición muy querida en Cataluña, que tiene lugar la víspera de Todos los Santos, que recuerda cuando antiguamente, las familias se reunían para recordar a los difuntos y compartir comida en torno al fuego. Sigue siendo una fiesta popular, especialmente entre los niños y en las escuelas,

Se celebra comiendo castañas asadas, panellets, dulces de mazapán y piñones, y boniatos al horno, acompañados de moscatel o vino dulce..
Andalucía – Velas y “Gachas de las Ánimas”
En pueblos de Jaén, Córdoba o Granada, se preparan las “gachas de las ánimas”, un dulce caliente hecho con harina, anís y canela, que se ofrece a los visitantes y se deja en las puertas para las almas. También se encienden velas en los cementerios y en las casas, creando una atmósfera muy emotiva.
Canarias – Fiesta de los Finaos
En las Islas Canarias, especialmente en Gran Canaria y La Palma, se celebra la Noche de los Finaos, los difuntos, el 31 de octubre.
Las familias se reúnen para recordar a sus muertos contando historias, comiendo frutos secos, manzanas, castañas y ron miel, y bailando al son de parrandas.

Aragón
En algunos pueblos del Pirineo aragonés aún pervive la costumbre de tocar las campanas toda la noche “por las almas” o de dejar una mesa puesta con comida para los difuntos.
Fiestas de Interés Turístico Regional
Festival de la Ánimas en Soria
Se trata de un Homenaje a Gustavo Adolfo Bécquer y a su leyenda "El Monte de las Ánimas" , considerada por muchos como el mejor relato corto de terror de la literatura castellana.
Narra la trágica historia de Alonso y su prima Beatriz en Soria durante la noche de difuntos. Cuenta que tras una antigua batalla entre templarios y nobles en el monte, los espíritus de los muertos se levantan cada año en esta fecha para correr en cacería.
Beatriz, jugando con el valor de Alonso, le pide que recupere una cinta que ha "olvidado" en el monte, y él, cegado por el amor, acepta. Alonso muere devorado por lobos, y Beatriz, al encontrar la cinta desgarrada y ensangrentada en su cama, muere de horror.

El Festival es un verdadero espectáculo que alterna relatos cortos de terror en la ruinas de San Nicolás, desfiles nocturnos y pasacalles con antorchas y esqueletos, música en directo de percusión y gaita, elementos de fuego… y a las orillas del río Duero, junto a la gran hoguera y con la luz de la noche y las antorchas del grupo de monjes se realiza la lectura de la leyenda de Bécquer como fin de fiesta, el día de muertos
Noche de Ánimas en Radiquero
Y como broche final la Noche de Ánimas en Radiquero que puedes vivir desde nuestros Apartamentos Rurales Rad Icarium , declarada este año como Fiesta de Interés Turístico en Aragón.
Todo el pueblo se transforma decorado con elementos que rememoran las antiguas costumbres en torno a los muertos como descalzarlos, cubrir los espejos con paños negras o abrir las ventanas de par en par para que las almas en pena no quedaran atrapadas o no pudieran volver a su casa.

Durante la tarde se mantiene la tradición, del vaciado de calabazas tallándoles orificios en forma de ojos, nariz y boca con dientes puntiagudos, con una vela dentro. Las calabazas, virtuales calaveras, se colocan en las ventanas o las puertas para que las ánimas pasen de largo de las casas y para guiar el paso de las almas de los difuntos.
Al atardecer las almetas, ánimas en pena que no pueden entrar al cielo ni al infierno, por haber tenido una muerte violenta o haber dejado en vida algo importante por hacer, vestidas de blanco y con dos cirios encendidos escapan del cementerio y se pasean por el pueblo tratando de entregar un cirio a algún incauto para que ocupe su lugar en la triste comitiva.

Los totones, guardianes del cementerio, que llevan tan solo un cirio, recorren las calles, tratando de reconducir las almetas al cementerio.
Ya de noche se encienden las calabazas y tiene lugar la triste comitiva en la que, a oscuras iluminada con solo la luz de las velas, los totones y las almetas suben al cementerio acompañados de todo el pueblo en respetuoso silencio. Es una procesión impresionante, estremecedora y emotiva
Conservación de nuestras tradiciones.
A pesar de las influencias comerciales y americanas, nuestra tierra ha sabido preservar, mantener y renovar nuestras costumbres alrededor del día de difuntos con más de 2.000 años de antigüedad.

La conservación de estas tradiciones no solo nos enlaza con nuestros antepasados sino que mantiene viva nuestra esencia y carácter como país.

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