El quebrantahuesos, el gigante dorado de las montañas de Guara
- T. Delàs
- 12 sept
- 6 Min. de lectura
Septiembre 2025
En lo más profundo de los cortados rocosos de la Sierra de Guara, donde el silencio se mezcla con el viento y las rapaces surcan el cielo, vive una criatura majestuosa y enigmática, el quebrantahuesos (Gypaetus barbatus).

Esta ave carroñera, única en su género, ha convertido las montañas de Aragón en uno de sus últimos refugios europeos, donde desarrolla comportamientos fascinantes que la distinguen de cualquier otra.
El quebrantahuesos, conocido localmente como "trencalòs" en aragonés, es una de las rapaces más emblemáticas y fascinantes de Europa. Con su envergadura cercana a los 3 metros, su silueta inconfundible en forma de cruz y la barba de plumas negras, representa como pocos la grandeza de la naturaleza montañosa.
Conocido por su imponente tamaño y su inusual dieta, este buitre, a diferencia de sus parientes que devoran la carne de los cadáveres, se ha especializado en los huesos. Esta adaptación única lo convierte en una pieza clave del ecosistema, actuando como el último eslabón de la cadena trófica de carroñeros, dejando los montes limpios y libres de restos óseos.

Su longevidad es excepcional, pudiendo alcanzar los 40 años en cautividad y los 20-25 años en libertad. Durante este tiempo, cada individuo desarrolla técnicas específicas de manejo de huesos y conoce perfectamente su territorio, incluyendo la ubicación de todos los rompederos y fuentes de alimento.
Identificación y vuelo
Con una envergadura que puede superar los 2.8 metros y un peso que oscila entre los 4,5 y 7 kilos, el quebrantahuesos es una de las aves más grandes del Viejo Continente.
Su cabeza es relativamente pequeña en proporción a su cuerpo, sus ojos tienen un intenso color amarillo con un anillo ocular rojo, y un antifaz negro que le da un aire misterioso.

Una de sus características más llamativas es la barba negra que cuelga bajo su mandíbula inferior, formada por plumas rígidas que le da su nombre científico, Gypaetus barbatus.
Su plumaje presenta una coloración única que varía según la edad. Los adultos muestran un contraste espectacular entre las partes superiores, de color gris pizarra oscuro, y las inferiores, que van del blanco cremoso a un naranja intenso que no es natural, sino el resultado de baños en barro rico en óxidos de hierro. Este comportamiento estético, aún no del todo comprendido, podría tener funciones sociales o de camuflaje.
A diferencia de otros buitres, sus patas no son tan robustas, ya que no las necesita para desgarrar carne, sino para caminar y transportar huesos.

Su silueta en vuelo es inconfundible, alas largas y estrechas, cola larga en forma de rombo y una cabeza pequeña, características que lo convierten en un planeador excepcional.
Alimentación
El nombre de quebrantahuesos no es casual. Su especialización alimentaria es única en el reino animal. Es el único vertebrado del mundo cuya dieta se compone en un 85-90% de huesos, lo que lo convierte en el único osteófago verdadero. Esta extraordinaria adaptación le ha permitido ocupar un nicho ecológico sin competencia.
Su sistema digestivo está perfectamente adaptado para procesar el material óseo, posee un estómago extremadamente ácido, pH inferior a 1, y un tracto digestivo especializado que le permite extraer el calcio, el fósforo y la médula ósea. Puede digerir huesos de hasta 25 centímetros de longitud y 3-4 centímetros de diámetro.

Cuando encuentra huesos demasiado grandes, desarrolla una de las conductas más espectaculares del reino animal, los transporta volando hasta zonas rocosas específicas, llamadas "rompederos", donde los deja caer desde alturas de 50-150 metros para fragmentarlos en trozos manejables.
Este comportamiento que requiere una precisión e inteligencia extraordinarias, además de ser una maravilla de adaptación, lo convierte en un limpiador fundamental del medio ambiente, ya que se encarga de procesar los últimos restos que otros carroñeros no pueden aprovechar. Se ha observado que algunos individuos aprenden a seguir a los buitres leonados para apurar los restos óseos de sus festines.
Cortejo, nidificación, puesta y cría

Presenta una estrategia reproductiva extremadamente conservadora, lo que explica en parte su vulnerabilidad. Alcanza la madurez sexual tardíamente, entre los 6-8 años de edad. Son monógamos y mantienen su pareja durante toda la vida,
El periodo reproductor comienza en diciembre-enero con los rituales de cortejo, que incluyen vuelos acrobáticos espectaculares, intercambio de ramas y cópulas aéreas. La pareja construye el nido en cortados inaccesibles, ocupando el mismo nido durante años.
La hembra pone uno o dos huevos entre diciembre y febrero, los polluelos nacen en primavera, cuando el deshielo y la mayor actividad de los ungulados garantizan un suministro constante de alimento. La incubación dura casi dos meses, y el cuidado de los polluelos es una tarea agotadora. Ambos progenitores se turnan para incubar y para cazar, pero solo el polluelo más fuerte y grande suele sobrevivir en lo que se conoce como “cainismo”, aunque a veces ambos logran sobrevivir si el alimento es muy abundante. El polluelo permanece en el nido durante cuatro meses, un periodo extraordinariamente largo, antes de emprender su primer vuelo. Los padres continúan alimentando al joven durante varios meses, enseñándole las técnicas de localización de alimento y manejo de huesos.

Habitat
El quebrantahuesos es un ave estrictamente montañosa que requiere paisajes abruptos con grandes desniveles, cortados rocosos y amplias zonas de pasto donde se encuentren ungulados salvajes y domésticos.
Históricamente, su distribución abarcaba gran parte de Europa, pero la persecución humana y la intoxicación por veneno lo llevaron al borde de la extinción en muchas regiones. Actualmente, las poblaciones más importantes se encuentran en el Himalaya, el Cáucaso, el norte de África, los Alpes y, de forma significativa, en los Pirineos, que albergan la población más grande y sana de Europa occidental. En España, además de los Pirineos, se están llevando a cabo proyectos de reintroducción en otras sierras como Picos de Europa, la Sierra de Cazorla y, de forma crucial, en la Sierra de Guara.
Migración y dispersión juvenil
El quebrantahuesos no es una especie migratoria en el sentido tradicional. Es una especie sedentaria, muy fiel a su territorio.

Sin embargo, los jóvenes y subadultos son grandes exploradores. Una vez que dejan el nido, se dispersan en busca de nuevos territorios, pudiendo recorrer miles de kilómetros. Estos movimientos son vitales para la expansión de la especie y la conexión genética entre diferentes poblaciones. Es gracias a estos viajes que los quebrantahuesos reintroducidos en zonas como Cazorla pueden encontrarse con ejemplares de los Pirineos o de los Alpes.
En Guara, los jóvenes quebrantahuesos reintroducidos han mostrado una alta fidelidad al territorio, lo que ha permitido consolidar una población estable y en crecimiento.
El quebrantahuesos en Guara.
La Sierra de Guara es, junto al Pirineo aragonés, una de las principales áreas de presencia estable del quebrantahuesos en España. Estuvo al borde de la extinción en la Península Ibérica en el siglo XX pero gracias a la protección legal, la prohibición de venenos, la mejora del hábitat y los programas de cría en cautividad, su población ha comenzado a recuperarse. En Guara, estos esfuerzos han sido especialmente exitosos, convirtiendo la sierra en un pilar fundamental del proyecto de reintroducción y conservación.

El proyecto, gestionado por la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos (FCQ), ha tenido un éxito notable. Desde el año 2000, se han liberado decenas de pollos, y los primeros nacimientos en libertad en Guara en décadas fueron un hito histórico.
Los grandes cañones calizos como son Mascún, Peonera, Vero, Balcés o Alcanadre ofrecen riscos perfectos para anidar y zonas abiertas donde puede encontrar huesos de ungulados domésticos y salvajes, sarrios y corzos. Se beneficia de la ganadería extensiva, ovejas y cabras y de la presencia de carroña natural en el medio. También utiliza muladares gestionados por la FCQ, muy activa en Guara.

La baja presión humana y la conectividad ecológica con otras zonas pirenaicas junto con colaboración entre las administraciones locales, grupos conservacionistas y la población local han sido fundamentales para el éxito de la conservación en esta zona. Los ganaderos de la comarca han jugado un papel crucial, manteniendo prácticas tradicionales compatibles con las necesidades de la especie.
Aquí, el quebrantahuesos encuentra no solo alimento, sino también tranquilidad para reproducirse.
Aunque, aún hoy en día, el quebrantahuesos está catalogado como “vulnerable” por la UICN, su futuro parece más esperanzador gracias al compromiso de instituciones, científicos y comunidades locales.
Curiosidades

En algunas culturas, el quebrantahuesos era conocido como "el águila de la barba" y a menudo era objeto de supersticiones, algunas de ellas negativas, lo que contribuyó a su persecución.
El quebrantahuesos es el buitre que vuela a mayor altitud, pudiendo ascender a más de 7,000 metros para aprovechar las corrientes térmicas.
Conocido como el mito de Esquilo, la leyenda cuenta que el dramaturgo griego Esquilo murió cuando un quebrantahuesos confundió su cabeza calva con una roca y dejó caer una tortuga sobre ella para romper su caparazón.
A diferencia de otras rapaces, el quebrantahuesos es casi completamente silencioso, lo que aumenta su aura de misterio.
Conservación: un esfuerzo colectivo
El quebrantahuesos no es solo un ave, es un símbolo de resiliencia, belleza y equilibrio ecológico, nos recuerda que la naturaleza, cuando se protege y respeta, puede renacer con fuerza.

Cerca de nuestros Apartamentos Rad Icarium, desde miradores como el de Vero o Lecina, es posible observar su majestuoso vuelo, especialmente en las primeras horas del día, sobrevolando Alquézar, Radiquero o las crestas de Tozal de Guara y las sierras circundantes.
La experiencia de ver un quebrantahuesos planear sobre los cañones de Guara es, sin duda, uno de los espectáculos más emocionantes que ofrece la naturaleza aragonesa. Observarlo en vuelo, silencioso y majestuoso, es una experiencia que conecta al ser humano con lo más profundo de la tierra y el cielo.




Comentarios