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Radiquero. Cuando hablan los recuerdos

Diciembre 2025
 cartel presentacion del libro. Radiquero. Cuando hablan los recuerdos. Alquezar. Guara

El pasado seis de Diciembre tuvo lugar en Radiquero  la presentación del libro “RADIQUERO, Cuando hablan los recuerdos” escrito por JOAQUIN PARDINILLA y ANTONIO SAMPIETRO, dos personas nacidas y criadas en Radiquero, Joaquin desgraciadamente ya nos dejó hace años aunque su recuerdo sigue bien presente y Antonio, afortunadamente con nosotros, testimonio fiel del Radiquero de entonces.

Como bien dice en la introducción del libro Elena Pardinilla, nuestra amiga e hija de Joaquin,  “Este libro es el fruto de las vivencias de dos hombres de Radiquero que nacieron, crecieron, trabajaron en él y quisieron mucho a su pueblo y a su gente”

atardecer en radiquero alquezar. guara

Tengo un recuerdo entrañable de Ignacio, padre de Joaquin, y de éste. Aunque con una diferencia de edad considerable, nos llevábamos una veintena de años, siempre nos tuvimos un gran aprecio mutuo, me contaba muchas cosas sobre  agricultura, recuerdo cuando en una mediodiada me enseñó a injertar almendreras,  y las diferentes técnicas de este “arte”, creo que ahora no sabría hacerlo. Realmente, y como bien dice Elena, era un sabio en este mundo de la agricultura y de todo lo que rodeaba al mundo rural de aquella época, no tocaba otro remedio que saber de  todos los oficios y en esto Joaquín tenía un don natural.

Recuerdo que mi abuela Antonia y mi madre Maria Teresa siempre me hablaron de casa Valeta como de una muy buena  gente. Eran personas a las que desde Casa Lascorz se les tuvo siempre en especial consideración.

Ignacio y Joaquín, hombres de bien, serios en todos sus comportamientos, gente de “palabra”, no necesitaban firmar papeles, un apretón de manos bastaba, honrados hasta el extremo.

labrador con su burrete

No puedo olvidar cuando Ignacio ya mayor subía desde el huerto, el Torno con su burrico, él con un sombrero de paja, y se paraba una rato a “echar una charradeta”, yo en aquella época estaba en la Universidad y le gustaba que le contase cosas de cómo iban cambiando la sociedad, lo comprendía todo, no creo que aceptase aquellos cambios pero entendía la evolución del mundo. Fue un ejemplo para Joaquín, para su familia y para Radiquero.

Joaquín tuvo en su padre todo un maestro de comportamiento en la vida, y bien que lo aprendió y practicó, siguió siendo el hombre honesto, trabajador observador e inteligente capaz de aprender sin estudiar y de inventar con su gran intuición soluciones para todos aquellos problemas que en su mundo se encontraba.

labores del campo el siglo pasado

También con él tuve mis “charradetas”, no tanto como me hubiera gustado, porque empecé mi vida profesional y ya me desvinculé de Radiquero. Tampoco Joaquín andaba sobrado de tiempo, el campo, el tractor, los animales, las cosechas, y lo más importante su mujer y sus hijos bien pequeñines. No era fácil echar adelante a una familia. Esta zona de la Sierra de Guara era muy exigente.

Tampoco puedo olvidar a su esposa Teresa y madre de Mari, Elena y Nacho. No pudo asistir a este acto entrañable por razones de edad, pero si me consta que estuvo con el corazón.  Supo adaptarse de forma increíble a una forma de vida totalmente distinta a su educación, culta, hizo un esfuerzo personal enorme por integrarse en un entorno tan diferente. Dedicó muchos esfuerzos a sus hijos y a los niños de Radiquero. Todos me han hablado de las actividades, sobre todo de teatro, que organizaba con ellos, qué gran trabajo y qué gran esfuerzo personal.

Y qué decir de Antonio, mi amigo del alma, cuánto hemos jugado juntos en la carretera.

Elena Pardinilla, Antonio Sampietro y don Jose M. Cabrero

Nacido en la plaza de Radiquero, en casa Blas, el menor de cuatro hermanos, Joaquina, Pilar, Pepe y Antonio.

Otra familia respetada y entrañable.  No tuvo una infancia fácil, su madre desgraciadamente les dejó pronto y su padre junto con sus hermanas y Pepe tuvieron que echar la casa adelante y cuidar "do Chicote”. Especial y personal aprecio tengo por su hermana Joaquina.

Su amor por Radiquero supera lo imaginable. No hay un acontecimiento en Radiquero en el que no esté presente, en los momentos de alegría o en los de tristeza aquí aparece, siempre dispuesto a ayudar en lo que haga falta,  creo que le debemos un merecido homenaje.

Antonio asistió a la escuela de Radiquero y ayudaba en casa en lo que hiciese falta, después encaminó sus estudios a la Formación Profesional y ya fijó su residencia en Zaragoza.

Nuestras vidas se separaron cuando por razones familiares y de estudios, mi presencia  en Radiquero se fue espaciando. Perdimos el contacto durante muchos años, afortunadamente nos hemos reencontrado y es para mí un enorme orgullo ver que aquellos recuerdos y nuestra amistad perdura, QUERIDO HERMANO, y que nuestras familias mantienen el afecto que tú y yo nos tenemos. Maravillosa  tu esposa Mari Carmen  y qué decir de tu hija Ester, a buen seguro que mucho te han ayudado en tus narraciones.


portada del libro. Radiquero. Cuando hablan los recuerdos

En tus escritos nos cuentas cosas que sucedían en Radiquero y que se reflejaban en toda la sociedad de aquellos pueblos del Somontano  y de la  posguerra, muy dura en todos los aspectos, “no había una perra, ni gorda ni chica”, no en todas las casas había caballerías, animal imprescindible para desarrollar una pobre agricultura de secano, a veces se conformaban con uno o dos “burretes” con los que hacer las tareas de la labranza. Eso sí, en todas hubo un huerto, cuatro gallinas, dos conejos y en las menos algún cordero y alguna cabra. Tampoco en todas las casas había un cerdo.

Como bien dices en uno de tus escritos el acontecimiento del domingo era a esperar los coches de línea de la ALTO ARAGONESA que venían uno de Huesca y el otro de Barbastro. Todavía recuerdo los nombres de los choferes y cobradores: Villacampa, Garzo, Antonio, Juan José, que al final eran como de la familia. Coches pasaban uno o dos a la semana, motos alguna “Guzi” de 30 o 40 cm3, bicicletas aun se veía alguna.  El teléfono se instaló años después.

tractor de juguete hecho a mano

Nosotros jugábamos en la carretera, allí con alguna lata, o algún ladrillo, lo del aro con el guiador hablamos de  palabras mayores, pelotas ni por casualidad, eran nuestros juguetes, montábamos nuestro “tingladillo”, buscar algún nido, siempre teníamos para jugar,  el escondite y “el churro, media manga y mangaentera” también estaba presente, imaginación no nos faltaba, siempre teníamos que hacer  

Recuerdo la caza, con escopeta, lazo, y alguien también tenía un hurón con el que conseguían sacar algún conejo de la madriguera, toda esta caza que se conseguía era como base de subsistencia de la familia, parte para comer, parte para vender a los choferes del Alto Aragonesa, otra forma de generar unas perretas

torda. las tordas hay que cogerlas cuando pasan

En estas fechas, ya con los fríos aparecían las TORDAS un pájaro pequeño de potente vuelo muy apreciado que condimentado por nuestras abuelas con cebolla era y  es  un autentico manjar. Era otra fuente de ingresos  pequeña, pero que ayudaba en la escasa economía familiar. Dos formas había de capturarlas, en las “barracas” o con “cepos”, un día contaré como se montaba una “barraca” con “palanquetas” y las “verguetas” impregnadas de “besque”, el cobrador del coche de línea de Barbastro se llevaba aquellas tordas para comercializarlas.

un momento de la presentacion

Muchas cosas nos cuenta Antonio de como se vivía en aquella época, todavía cercana para los que la conocimos y muy lejana para nuestros hijos. Este libro es un autentico documento de aquella época, démosle su valor  “nada se guarda en la memoria, a no ser que se encomiende a la escritura”. A buen seguro que en el futuro estos escritos serán una lección de vida para las próximas generaciones.

Esperemos que Antonio siga contándonos cosas de la vida cotidiana  en Radiquero que es el reflejo de los pueblos de esta Sierra de Guara. Desde este blog le animamos y le empujamos a seguir haciéndolo.

Como bien dice en el prólogo del libro nuestro entrañable Jose Maria Cabrero, en el libro “se contempla la grandeza de espíritu, la fortaleza de ánimo, el sacrificio continuo, la entrega generosa,…..” y así seguirían una serie de valores.

José Maria Cabrero, hombre sabio, culto y bueno ha sabido sintetizar en el prólogo el espíritu de este libro. Muchas gracias Don Jose Maria por la lección del arte de bien escribir y decir mucho en pocas palabras que nos ha dado en este prólogo.

vista del publico asistente. radiquero Alquezar Guara

El acto de presentación del libro fue entrañable, asistieron  prácticamente la totalidad de los vecinos de Radiquero y San Pelegrín,  También  lo hizo la Alcaldesa de Alquezar-Radiquero y vecinos de los pueblos de alrededor. Las charlas de Elena y Antonio, amenas y divertidas,  hicieron que la reunión fuera muy agradable, todos nos remitimos a aquella época. Se finalizó el acto  cantando el himno de Radiquero y por supuesto con una generosa merienda acompañada de un buen vino.

Esperemos que esta iniciativa sea el comienzo y la fuerza para que otros muchos nos decidamos a transcribir esos recuerdos que todos tenemos y que no podemos ni debemos dejar en el olvido.

Desde Rad Icarium queremos agradecer de todo corazón,  a la Asociación Cultural O’Coronazo y a todas las personas que con tanto entusiasmo y buen hacer han contribuido a la edición de este fantástico documento de la vida de estos pueblos de la Sierra de Guara.

Algunas fotos son de archivo y no corresponden a personas reales

       

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